La NIF D-5 supone un modelo de reconocimiento para los arrendamientos donde se requiere que se reconozcan todos los activos y pasivos de los arrendamientos con duración superior a 12 meses.

El principal cambio respecto de pronunciamientos anteriores se da en el reconocimiento del activo, pues se requiere que se reconozca el derecho de uso del mismo y se registre un pasivo por arrendamiento para representar la obligación de pagos por arrendamiento.

Se elimina la clasificación de arrendamiento operativo y financiero para solamente clasificar como arrendamiento donde el pasivo por el mismo presente los pagos y el activo el derecho de uso por el mismo monto.

El principal impacto lo veremos reflejado en aumento sustancial en los activos de arrendamiento y por obvias razones en os pasivos financieros generados. Consecuentemente los arrendatarios que tengan arrendamientos bajo este esquema verán afectados sus indicadores financieros de manera drástica, sobre todo aquellos ligados con activos y pasivos, como puede ser el índice de apalancamiento.

Desde el punto de vista del arrendatario, habrá un cambio en la naturaleza de los gastos relacionados a la actividad, ya que ahora en vez de considerarse un gasto operativo, tendremos que llevarlo a un gasto por depreciación o amortización y un gasto financiero por los intereses que se hubieran de pagar por dicho arrendamiento.

El nuevo pronuciamiento también modifica la presentación de los flujos con respecto a las salidas de flujo de efectivo de la operación relacionada con el arrendamiento, ya que ahora deberá considerarse como una actividad de financiamiento y no operativo como se hacía anteriormente.

Por útlimo esta nueva NIF también impacta directamente en el reconocimiento de la utilidad o pérdida de la transferencia de un bien a otra entidad si ésta se lo arrenda de regreso, pues ahora solo se deben considerar los derechos transmitidos.

Para los arrendatarios, el pronunciamiento nuevo no genera ningún cambio significativo o material.